sábado, noviembre 26, 2016

26 DE NOVIEMBRE. EL DÍA DESPUÉS

En un día como el de ayer, reconozco haberme emocionado profundamente con las múltiples manifestaciones contra la violencia de género a lo largo y ancho del país. Y eso es muy bueno, que la gente se mueva, que se salga a la calle, que se grite alto y claro que estamos en contra de la violencia hacia la mujer en cualquiera de sus manifestaciones. Algo impensable hace apenas una década, donde quienes nos dedicábamos a esto, teníamos que justificarnos o andar medio a escondidas, porque socialmente eran acciones reprobables y muchas veces irrisorias.  
Y es justo reconocer que algo ha cambiado o mejor dicho, que muchas cosas han cambiado a favor de la mujer. Pero los logros, los avances, no se han conseguido solo con salir a la calle cada 25 de noviembre. Esto se ha conseguido por las reivindicaciones individuales y colectivas mantenidas en el día a día, por el continuum y por no creer solo aquello que ven los ojos o escuchan los oídos.
Desde estas líneas, si me lo permitís, quiero transmitir la necesidad de que nadie se llame a engaño. Que nadie se crea que es suficiente el clamor popular de un día. Que nadie piense que el camino ya está recorrido. Que nadie se obnubile con las magníficas y estudiadas palabras de los discursos oportunistas. Que nadie se deje encandilar por el destello de los oropeles.
Porque el patriarcado sigue ahí, fuerte y resistente, camuflado y tramposo y -como no podía ser de otra manera- extraordinariamente interesado en mantener sus prebendas, sus privilegios.
Nuestra demanda no ha terminado. Cada día, cada minuto ha de ser de reivindicación, de búsqueda y defensa de nuestros derechos y de apoyo a otras mujeres. Pero ante todo, ha de ser real, ha de ser auténtica, ha de ser de verdad. 
No basta con un día. 

jueves, noviembre 24, 2016

MILES DE MARIPOSAS Y UN POEMA CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

La foto, del colectivo de ciudadanas feministas de Chiclana de la Frontera (Cádiz). El poema, de Arjona Delia  una mujer muy comprometida con la violencia de género y que reside al otro lado del océano. 



NO PODRÁN CALLAR LAS VOCES

Ante crímenes atroces,
¡no podrán callar las voces!
de la gente al reclamar.
¡No queremos más violencia!
de los hombres sin conciencia,
"Ni una menos" proclamar.


Que no existan más esclavas,
que no le arranquen sus alas,
¡que las dejan sin volar!
Y que no asfixien sus sueños,
porque ellos no son los dueños
de su cuerpo y su pensar.


¡No podrán callar las voces!
que haya leyes más veloces,
¡y a la mujer protección!
A los que sean violentos,
y no tengan sentimientos,
¡que terminen en prisión!


Que se escuchen fuertes voces,
y que las madres no lloren,
¡porque su hija ya no está!
Que las leyes los condene,
“Ni una menos” que resuene,
¡así nadie callará!


Que se tomen las medidas,
¡está en juego nuestras vidas!
el derecho a la igualdad.
Que seamos respetadas,
nuestras voces escuchadas,
¡y vivir en libertad!

miércoles, noviembre 09, 2016

MACHISTA PERVERSO y NARCISISTA. CARACTERÍSTICAS

  • El sujeto machista perverso narcisista tiene fuertemente interiorizados los principios tradicionales de la ideología machista y para mantenerla viva, pone en práctica una serie de estrategias perversas muy dañinas dentro del entorno de la pareja. Puede encontrarse absolutamente en todos los sectores de la sociedad, sin excepción, aunque en unos sea más visible que en otros.
  • Tiene graves problemas de autoestima y elevada frustración personal. El autoconcepto es también muy bajo por simple coherencia con la autoestima.
  • Su comportamiento no es ocasional, espontáneo, producto de un arrebato. Es una violencia fría, metódica, premeditada, con estrategia y es, además,  periódicamente renovada y mantenida en el tiempo.
  • Su conducta es de castigo y de refuerzo, de apego y rechazo. Es una peligrosísima táctica que mezcla adecuada y convenientemente maltrato con afecto, creando así un fuerte vínculo de apego y dependencia víctima-agresor.
  • Muy egocéntrico todo debe girar a su alrededor, todo se debe centralizar en sí mismo. Posee una grandiosidad exagerada, se cree especialmente importante por encima de cualquier persona y esto lo manifiesta especialmente con su pareja.  Se atribuye cualidades y dones especiales e incluso mágicos.
  • Necesita aprobación y/o alabanza de forma continua, reiterada, sin tregua. Tiene una necesidad imperiosa de sentirse aceptado, aprobado y admirado. Considera que merece cariño y un profundo respeto por parte de los demás, sin sentirse obligado a corresponder. Le exige respeto a su pareja en el sentido más literal y sublime del término.
  • Muy arrogante. Carece de empatía y de emociones. Es insensible y desconfiado y es absolutamente incapaz de ponerse en el lugar de su pareja y compartir sus sentimientos, de comprender su realidad.
  • La mentira compulsiva y sistemática es su máxima competencia. Suele llevar una doble vida y rehace su vida privada con facilidad porque se hace pasar por víctima.
  • Especialmente envidioso, el machista perverso narcisista tiene la constante sensación de que los demás poseen aquello de lo que él carece, que es todo. Sin embargo, cree que los demás sienten envidia de él. Aunque antepone la lógica a los sentimientos, siente una profunda envidia hacia las personas que tienen capacidad de empatía y/o son emocionalmente abiertos y sociales. Intolerante a las críticas. Se siente ofendido con facilidad.
  • Rechaza la comunicación directa, deforma el lenguaje y el contenido, utiliza el sarcasmo y el silencio para burlarse de la otra persona y privarla de la posibilidad de expresión. Utiliza la paradoja, descalifica e imponer su autoridad. Usa todos los elementos que caracterizan la comunicación perversa.
  • Es muy hábil para seducir, embaucar y especialista en mantener el misterio incluso en los asuntos más simples. Así se siente más interesante y así es como atrapa la atención de  su pareja, haciendo de ella su principal víctima aunque no sea la única. Es increíblemente bueno mintiendo.
  • Otra de sus características es su capacidad inventiva; es la creatividad al servicio del abuso psicológico, revelando una imaginación perversa y obsesiva. Tienen la necesidad de avergonzar y humillar con la finalidad de hacer desaparecer su propia vergüenza y humillación.
  • Es especialista en humillar,  desvalorizar,  denigrar, culpar y manipular. Digamos que es todo un maestro en demoler la autoestima de su víctima. Celoso patológico, acosador, dañino y es capaz de generar dolor de manera continuada en su víctima. Goza, disfruta y se fortalece al hacer sufrir, hacer dudar, someter y destruir.
  • Nunca tiene sentimientos de culpa pero es maestro manipulando este sentimiento en los demás, especialmente en su pareja.
  • Considera que su pareja  está ahí para satisfacer sus necesidades. No titubea en manipularla y en tratarla  como un objeto a su disposición para obtener beneficio.
  • Niega y oculta sus sentimientos de depresión, su tristeza, incluso a su pareja,  como reacción a cualquier trauma no superado que hayan podido sufrir. Al mismo tiempo adora esa imagen de sí mismo inflada, falsa, sobrevalorada que proyecta al exterior.
  • Irradia una falsa imagen de seguridad en sí mismo incluso de ternura y puede ser capaz de convencer a otras personas de que no hay nadie mejor que él. Busca el triunfo por el triunfo mismo. No tolera el fracaso y esto puede llevarlos a veces a no arriesgarse, aunque tampoco se arriesga porque es esencialmente cobarde.
  • Es tragicómico en su esencia personal. Usa el discurso contradictorio y ambiguo como medio habitual de diálogo. Su inteligencia es estratégica. Destruye con sonrisas.
  • El machista perverso narcisista vive el sexo como una cuestión primordial en su vida. Necesita manifestar su hombría en toda su extensión,  necesita resaltarla de forma notable y continua. Es como si a veces dudara de su condición  y tuviera necesidad de demostrar cuan hombre es. Es habitual que mantenga al mismo tiempo relación afectiva con dos o más mujeres ya sea de forma abierta u oculta.  No es extraña su relación perversa con menores de edad.
  • La actuación del perverso no finaliza con el cese de la relación. Su rígida estructura mental no concibe que su pareja lo rechace, que la mujer rechace al hombre. Nunca acepta esa situación que lleva como un fracaso, como una derrota personal. Por un lado porque considera que solo él está autorizado a dirigir la relación, por otro porque este abandono lo vive como una catástrofe emocional, como una tremenda herida a su narcisismo.


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